lunes, 9 de enero de 2017

Cometa Halley.

El amor es como el cometa Halley, pasa cada setenta y tantos años alrededor de la tierra (a veces menos, a veces más) y deja a las gentes impresionadas con su belleza y su maravillosidad.
Deja ese regusto agridulce en el paladar y el corazón de las gentes lleno de ilusión ya que maldita sea, lo han visto, lo han vivido, y quién sabe cuando volverá a ocurrir.
Hay amores eternos, y son cometas que no paran de circundar la tierra, hay amores que se quedan dentro del corazón, esos que te llenan de ilusión ya que los ves caer cada noche.
Halley es como el amor. Puede pasar por primera vez en la vida de alguien y por segunda vez al final de esta, haciendo así que todo sea cíclico y bello.
Es tan viejo como el mundo, y lo es así también el amor que existe desde que la luz es luz y la tierra es tierra. 
El cometa Halley es como aquella Musa que llega, se queda y jamás se va (si es que estas Musas existen. Espero que sí.)
Es como el amor mismo, sin ir más allá.
Y tú, tú eres mi cometa Halley y esto que siento por ti no tiene igual.



                            Efímero.
                                      09-01-17 / 0:25.

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